"Firme aquí, solo es un trámite" para luego freír a la víctima a mensajes de texto y correos publicitarios, cuando no compartirlos con los primos de un tercero y perder el control. En la era de la economía de la atención, disminuir al máximo las notificaciones fútiles empodera al ser humano.
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En cuanto le dije que ni firma ni dato alguno se quedo ojiplático. Me rogó que le diera "al menos el nombre", porque si no no sabía como cobrarme porque el TPV solo abría la caja con un perfil hecho. Le digo que no es mi problema y que no le doy nada, así que allá va el tío a llamar a algún sitio para que le dijeran como es el protocolo corporativo mientras me dice que "es que si no me dices el te pierdes los puntos de la tarjeta para la próxima". Como no le cogían al final decidió poner un nombre falso en la ficha para poder cobrarme.
En una peluquería "de barrio" por defecto te piden datos para cobrarte un corte de pelo. La distopia cotidiana.
A partir de ahora, como dicen arriba, no doy ni el codigo postal en mediamarkt