Las matemáticas cargan con el sambenito de ser una materia árida, difícil y con poca aplicación práctica, a la vez que todos los padres las consideramos “muy importantes” y no tenemos dudas a la hora de quitar a nuestros hijos de otras actividades para sacar tiempo para que trabajen las mates. [...] Somos bastantes profesores ya, los que huimos de los cálculos farragosos y las cuentas interminables que solo llevan a que los niños acaben teniendo una mala experiencia en matemáticas, se aburran, se frustren y sientan rechazo hacia la asignatura.
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En mi caso, por ejemplo, nunca odié las matemáticas, siempre se me dieron bien los cálculos, la geometría..., nunca les tuve miedo, era la forma de explicar las matemáticas. Ahora muchos años después para no tengo ninguna dificultad incluso para cosas con una cierta complicación y sin embargo siempre suspesdía la asignatura porque los profesores no tenían ninguna intención en despertar en ti ningún interés en aprender, porque no tenían ni puta idea de como hacerlo y se limitaban al modelo tradicional de la letra con sangre entra, el esfuerzo sin sentido, la repetición como monos, etc, etc
Mucho tiene que cambiar el sistema educativo español para no ser una cárcel de niños.
Gracias a eso recibí ostias en selectividad y en la universidad como no os podéis ni imaginar.
Por suerte al final las pillé el tranquillo, pero por mi cuenta.
Si mi profesora me está leyendo: ¡Zorra!
Mi experiencia personal es que fueron momentos muy tristes en mi educación básica, y del todo inútiles. Los mejores de mi clase acabaron trabajando para consultoras, esas que se dedican a crear productos financieros que sirven para lo que sirven.
Claro es que la sociedad que aprendió a aguantar la frustración(no lo sabes pero la añoras) es la que crió a todos estas ovejas que hoy no son capaces de rechistar ni lo más mínimo. Buah, buah
Lo que consigues: asegurar que no fallarás en ninguna operación JAMAS (o casi).