26 de noviembre de 1922, Howard Carter descubre una puerta oculta de la tumba del rey Tutankamón que llevaba sellada más de 3.000 años. Tras hacer un pequeño agujero en la pared, acerca una vela para asegurarse de que el aire que sale es respirable y exclama su famosa frase: «Veo cosas maravillosas». Derribada la puerta tapiada entran por fin en la cámara y lo que ven supera todo lo imaginable. Incluso consigue fotografiar algunas ofrendas de flores, que al tocarlas se desintegran.
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Lo único que me parece una chorrada, es esas ganas de asociar cuando se tocaron las trompetas y las guerras que surgieron después. Guerras hay y habrá, y tocas un pito cualquiera y si después metes una guerra cualquiera con un margen de tiempo tan laxo (pasados 4 meses, dos años, tres días), siempre acertarás.
Yo tan bueno y Tutankamón.
Es un poco como sentir algo de lo que experimentó H. Carter al entrar en esa tumba. Me ha parecido un artículo 10 aunque reconozco que la Historia me apasiona.