La Teología de la Liberación intenta responder a la cuestión que los cristianos de América Latina se plantean cómo ser cristiano en un continente oprimido. ¿Cómo cantar al Señor en una tierra extraña? ¿Cómo conseguir que nuestra fe no sea alienante sino liberadora? Resulta difícil definir a la Teología de la Liberación pero puede partirse de la base que busca un análisis profundo del significado de las clases sociales y su relación con la pobreza. Para llegar a ello, inserta el marxismo y otras ideologías sociales con el cristianismo.
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Otros pensamientos teológicos apuntan a que Dios no solo y exclusivamente está en los pobres, por lo tanto no se puede decir que la única manera de llegar a Dios sea a través de los pobres, por eso se les ha mandado callar o rectificar, o no se termina de asumir como doctrina oficial las tesis de la teología de la liberación.
Si a eso le sumamos el revulsivo social que supone la teología de la liberación en las masas de indígenas, campesinado, obreros y pobres en general, que se animan aún más a luchar por su dignidad y su liberación, pues esta teología se convierte a candidata perfecta a proscrita tanto eclesial como socialmente. Pero a pesar de todo, sigue ahí, luchando por otro mundo posible y otra Iglesia posible.