Leo con sorpresa una entrevista en La Vanguardia (El agua que bebemos debe estar viva) a un tal Antonio Lozano (emprendedor y monje zen, como leen). Me da vergüenza ajena ver cómo este señor ha construido botellas ovoidales para el agua y pretende venderlas como buenas buenísimas basándose falsamente en la ciencia. Me permito compartir una captura de pantalla de algo que me ha dejado sin pestañear un rato:
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etiquetas: agua ovoidal , desmontando un timo
Es que el lenguaje de los tambores es complicado.
Y si quieres una peineta, ya hay un emoticono mas correcto; ese que tu pones levanta el dedo indice, lo cual hace tu intento de ofensa bastante patetico.