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Tragedias que solo vive la gente que cocina

Si nunca has intentado preparar un arroz seco con el socarrat ideal, un rosbif “rosado pero no sangrante” o ese pollo asado cuya carne se deshace y contrasta con la piel crujiente, seguramente no sabes lo frustrante que puede resultar conseguir en su lugar un muestrario de perdigones que has conseguido quemar por debajo, un mazacote de algo que una vez fue carne o un ave cuya pechuga consigue que la boca te haga el vacío de puro securria.

| etiquetas: cocinar , tragedia , comida quemada , lágrimas
  1. Hice una tarta maravillosa para llevarla a merendar con mis amigos, un bizcocho riquísimo recubierto de chocolate fundido. Y nadie me había dicho que el azúcar del chocolate había que molerlo o usar azúcar glas en su defecto. Conclusión: el azúcar se masticaba. Te metías un bocado de bollo y tus dientes sonaban como si hubieras tragado arena. De sabor no estaban malos del todo, pero aquél detalle arruinaba todo el efecto.

    En otra ocasión, hice un pastel para acompañarlo con nata montada. En mi miedo de que la nata se desmontara durante el trayecto, decidí llevarme el brik de nata y montarla allí. En verano. Yo había visto cortarse la mayonesa, pero aquella vez vi cortarse la nata. Toda el agua por un lado, y la grasa por otro. La madre de uno de mis amigotes me dijo que no lo tirase, que con eso se hacía un requesón estupendo, y usamos nata en spray para el pastel. Qué derrota...
  2. #1 Sólo pueden equivocarse quienes lo intentan.
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