Gregorio Morán fue despedido de La Vanguardia tras escribir un artículo muy crítico con el nacionalismo catalán y su política de subvenciones a periodistas. Ahora el Supremo confirma la condena a La Vanguardia del TSJC: el despido fue improcedente y condena al periódico a "abonarle los salarios que le corresponderían desde la fecha de su despido hasta marzo de 2019; o bien a indemnizarle con una cantidad de 143.052 euros".
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www.vozpopuli.com/opinion/derrota-vanguardia_0_1397261301.html
Hay que recordar que Morán es un periodista y escritor que ha tenido problemas por críticas a diferentes grupos de poder. Por ejemplo con el libro "Adolfo Suárez. Historia de una ambición" o con "El cura y los mandarines" en el que Planeta intentó que quitara un capítulo en el que habla de algunos miembros de la Real Academia de la Lengua. Más gente así en la profesión hace falta.
Gregorio Morán es una de las honrosas excepciones.
Hay libertad de opinión pero está condicionado por la libertad del dueño del medio.
"El auto de la Sala Social del Alto Tribunal declara la firmeza de la sentencia recurrida e impone las costas judiciales a la parte recurrente, incluidos los honorarios de los letrados. Por tanto, pone fin a un litigio que se inició después de que el Grupo Godó decidiera romper la relación profesional"
"El documento del Tribunal Supremo incide en que Morán comenzó a prestar servicios a La Vanguardia el 9 de abril de 1988 mediante un contrato verbal con su entonces director. El acuerdo contemplaba la publicación de 48 artículos al año (los sábados), aunque la empresa le abonaría lo correspondiente a 52. Es decir, le reconocía implícitamente las vacaciones"
Ah si, 800€ por artículo
www.gironanoticies.com/noticia/60380-una-e-ordeercapuntaqueelindepende
Lo que no suele gustar de Morán es que saca todos los trapos sucios, por eso para mucha gente acrítica serà desde un "rojo" a un "facha".
Habrá entrado en eso para apreciar la inexistencia de contradicción, esto es, que la situación de este caso y la de las sentencias que hayan presentado como de contraste no son asimilables y por tanto las resoluciones no se contradicen entre sí y no hay distintas doctrinas que unificar. Pero, si inadmite el recurso, no entra en si tenía razón o no el TSJ.
Te pego partes de un auto de inadmisión de RCUD (este no debe de estar publicado todavía, o no lo he encontrado) para que veas la diferencia:
"De la comparación efectuada se desprende que no concurre la necesaria contradicción entre las sentencias comparadas, puesto que son distintas las situaciones fácticas y las cuestiones debatidas, por lo que las conclusiones alcanzadas en las respectivas resoluciones no pueden considerarse contradictorias. [...] Y en ese caso la actora prestó servicios para el Servicio vasco de salud primero y luego como trabajadora fija de plantilla, por lo que la situación contractual de las actoras tampoco es comparable, con lo que no es extensible la doctrina contenida en la sentencia de comparación al supuesto contemplado en la sentencia recurrida, lo que justifica las respuestas dispares ofrecidas."
"LA SALA ACUERDA: Declarar la inadmisión del recurso de casación para la unificación de doctrina interpuesto por el letrado D. Faustino Grau Expósito, en nombre y representación de D. Hermenegildo contra la sentencia dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Valencia de fecha 27 de junio de 2019, en el recurso de suplicación número 3400/18, interpuesto por D. Hermenegildo , frente a la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social nº 7 de los de Alicante de fecha 18 de septiembre de 2018, en el procedimiento nº 237/17 seguido a instancia de D. Hermenegildo contra SAT Nº 9359 Bonnysa y el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), sobre derecho y cantidad. Se declara la firmeza de la sentencia recurrida, sin imposición de costas a la parte recurrente. Contra este auto no cabe recurso alguno."
No confirma que el criterio del TSJ sea el correcto, solo indica que no hay contradicción entre las sentencias.
Por lo que yo entiendo de los nacionalismos en general, catalán o centralista en particular,percibo que en su estructura va intrínseca la corrupción, pues necesitan de la otredad y de mantener a punto de la movilización constante a sus fieles, por lo que el control de los medios de comunicación es fundamental. Ahí por ejemplo Morán ha hecho un gran trabajo. Por otro lado, en el uso del nacionalismo como maniobra de diversión de otros problemas (corrupción y/o recortes), Mas y Pujol son excelentes ejemplos.
El 1 O chapuza del gobierno central, de acuerdo (M. Rajoy al volante, ¿qué puede salir mal?) pero no me resisto a denunciar constantemente que las leyes del Parlament del 6-7 septiembre son un ejemplo de que, estoy de acuerdo contigo, esto no es Yugoslavia, pero los líderes del procès me dan mucho miedo, pues pergeñaron un corpus jurídico que entre otras cosas se cargaba más la separación de poderes que en el, supuestamente, país opresor. Y eso a mi me parece violento, en una situación de mayor crisis la cosa podía haber acabado realmente mal.
Yo desconocía esto, pero a partir de hoy voy a seguir sus artículos en Vozpopuli.
Un fuerte abrazo a Gregorio
Por tanto no, no es darle la razón. Los efectos prácticos son los mismos, eso sí.