Creo que la cosa en Twitter fue creciendo hasta el punto de pedir públicamente que se me demande al Ministerio o a quien corresponda. Una completa majadería. Aunque me atacaron por machista (soy feminista libertaria aunque escueza a muchos), por reprimir la libertad de expresión de mis alumnos y por ser el toro que mató a Manolete, también recibí mucho apoyo, cariño, llamadas, mensajes de personas desconocidas, medio conocidas, amigos de toda la vida, de dentro y fuera de España. Tengo que agradecer de nuevo a todos ellos el respaldo ofrecido.
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etiquetas: redes sociales , twitter , justicia , maría blanco , @godivaciones
Esto en particular:
"Me decía César Calderón (sí señores, tengo amigos tuiteros socialistas) que la participación política online y la conversación en las redes tienen un serio problema con las minorías organizadas, que apoyándose en su fuerte militancia pueden secuestrar la agenda de los espacios de debate usando todo tipo de estrategias. Gran verdad. Es el fin del diálogo."
Separando al sujeto de su discurso, diría que el discurso es impecable.
Y por lo que me cuentas el sujeto sabe bien de lo que habla.
No me sorprende, la verdad.
Luego no extrañamos que estas empresas prefieran castigar a mil inocentes antes que se les escape un "culpable" y estén en la picota.
Un día vendrán gobernantes de esas minorías extremistas y usarán esas leyes contra nosotros.
Y peor aún, es que encima te llueven tortas de gente que opina exactamente igual que tú de ese tema y que se ha confundido al leerlo/entenderlo y que cual seguidor de equipo de fútbol, ha respondido rápidamente para soltarte la mano.
Es en ese momento en que estás discutiendo con alguien que piensa igual que tú y que te responde como un cretino en que te replanteas muchas cosas...
#4 señala lo obvio. El problema es la plataforma, y la autora no quiere verlo por su sesgo ideológico (que comento más abajo). Según ella, no es culpa de Twitter, sino de malas personas que individualmente explotan las vulnerabilidades del sistema. Vaya argumentazo. Esta señora, profesora de universidad, no se detiene a pensar que existe un problema con un sistema que controla datos y perfiles de personas y que es tan fácilmente explotable. La sacrosanta corporación, sus chapuzas causadas por la búsqueda del dinero fácil, están libres de culpa, el problema son unos niños malos. Si unos individuos con mala fe pueden hacer que parezca que una persona incita a la violencia, ¿qué no podrían hacer grupos especialmente organizados y dedicados a ello?
Para acabar, como apunta #11, esta señora de libertaria nada: milita en un think tank neoliberal subvencionado por empresas nacionales y es profesora en uno de los centros educativos más reaccionarios del país.