Saltarse los tornos. Cancelar el billete paradas antes del destino final. Viajar con el bonobús de la abuela para beneficiarse de descuentos o simplemente sentarse en el transporte público y esperar que ningún controlador reclame el título requerido. De esta manera, cada día viajan alrededor de 3.000 guipuzcoanos que no abonan su billete y que traen de cabeza a las compañías que ofrecen este servicio. La mayor parte de estos pequeños delitos se cometen en los trenes de Cercanías de Renfe
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