Los venecianos están atónitos por el desastre causado por el “Agua Grande” de la noche del martes y las malas noticias del estado de salud del bien más precioso de Venecia: la basílica catedral patriarcal de San Marco. Uno de los bienes artísticos y espirituales más importantes del mundo es también el más vulnerable de la maravillosa ciudad construida no sobre la tierra firme sino sobre millones de estacas de madera. San Marco se encuentra en la parte más baja, donde las crecidas del “Agua Alta” se hacen más fuertes.
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Venecia no se está muriendo, la ha matado la avaricia.
Si mañana se derrumba quedaré como un gilipollas, pero creo que es una exageración interesada (para sacar pasta de los que quieran verla antes de que se derrumbe y de los que puedan ayudar a la conservación).
Que está sobre pilotes de madera no es ningún problema mientras estos permanezcan permanentemente sumergidos (toda Venecia está así); y lo que hay sobre la superficie es de piedra, que sí sufre con el salitre que se le infiltra en estos fenómenos, pero no debería hacerla colapsar de repente.
El mayor peligro son los daños que el agua (sucia) pueda causar en los mosaicos y elementos del interior de San Marcos.
Por otra parte, el calentamiento global sí que puede acabar cargándose Venecia entera ya que fenómenos como este pueden acabar siendo la situación normal en menos de medio siglo, y el aqua alta subir metro y medio sobre el nivel de estos fenómenos.