La lucha contra el Cambio Climático está convirtiendo rápidamente en un instrumento financiero de gran calado. La supervivencia del planeta está empezando a formar parte, paradójicamente, del mismo engranaje que la puso en aprietos. El nuevo Greendeal, los bonos de carbono o los planes REDD++ forman parte de la nueva arquitectura del sistema financiero. Lo verde se convierte en el nuevo dólar. Dejar de usar combustibles fósiles antes de 2030 nos costará 44 trillones de dólares.
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Obviamente una buena parte del peso va a caer sobre el Estado, porque los gobiernos van a dar (y ya están dando) subsidios e incentivos para que las empresas transiten a energías más limpias, para que las eléctricas se reconviertan, para que la gente se pase a híbridos y eléctricos ... Así que el coste de esa transición va a recaer sobre el contribuyente, como es costumbre.
Sin embargo, todas las políticas medioambientales de los políticos son realmente simplistas y omiten por completo la viabilidad técnica y muchos de los factores que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero:
- hablan de la producción de electricidad y los coches, pero ignoran todas las infraestructuras de transporte de pasajeros y mercancías, de las cuales dependemos y que son un gran factor que contribuye a la contaminación,
- pretenden que obtengamos electricidad del aire y del sol, pero omiten la baja eficiencia y el impacto medioambiental de esas fuentes de energía,
- no se mejoran las infraestructuras de transporte público, con lo que seguimos dependiendo del vehículo particular,
- no se fomenta el I+D+i en energías alternativas para poder hacer la transición a energías más limpias.
Al final son políticas de cara a la galería y basadas en la ignorancia. Si realmente quisiéramos reducir nuestras emisiones, tendríamos que:
1. restructurar totalmente nuestro sistema económico y nuestros hábitos de consumo para depender menos de mercancías traídas de las antípodas,
2. reemplazar el carbón y el diésel en la producción de electricidad por la nuclear apoyada de renovables como solución inmediata pero pasajera (ya que la nuclear tiene ciertos riesgos, aunque es más segura de lo que la gente piensa),
3. invertir en I+D para la mejora de las energías renovables y la fusión nuclear, para poder abandonar la fisión nuclear con el tiempo,
4. mejorar las infraestructuras de transporte público y hacer que sean competitivas frente al uso del vehículo particular,
5. hacer estas tecnologías accesibles en los países en vías de desarrollo y concienciar a sus habitantes a que sean más limpios, porque muchos de ellos son los que más emisiones y contaminación producen, especialmente en forma de basura.
"Pero, ¿cuánto costará salvar el planeta? Sabemos a ciencia cierta que cambiar de los combustibles fósiles a otras formas de energía costará 44 trillones de dólares entre ahora y 2050, de acuerdo con un estudio de la Agencia Internacional de Energía"