Diálogo sobre el amor

-Eres tan especial que la fantasía más placentera que puedo imaginar contigo es la de una vida juntos.

-Me alegra contribuir a tus momentos de felicidad sin tener que mover un dedo.

- Si aceptases ¿Cuál sería la primera condición que pondrías?

-Separación de bienes. Hay dos cosas especialmente nocivas para el amor: la dependencia y el dinero. Para estar a gusto con una persona necesito saber en todo momento que puedo dejarla con la misma facilidad con la que me he unido a ella. Y necesito estar segura de que no nos ha unido ningún interés ajeno a lo que somos.

-¿Y tendrías hijos?

-No entiendo el motivo de traer más gente a un mundo en este estado. Tiene más sentido adecentarlo antes.

-¿Y cuál sería tu principal preocupación respecto a nuestra pareja?

-Tener una vida lo suficientemente rica como para alegrarte compartiéndola contigo y, a la vez, ser consciente de que tú no eres en absoluto imprescindible en ella.

-Entonces siempre tendrías presente el final.

-Sólo un inconsciente puede pensar que algo es, necesariamente, para siempre. Puede serlo o no, pero es suicida partir de esa premisa y quemar tus naves. Y, si tienes dos dedos de frente, cuando has quemado las naves no puedes dejar de pensar que estás en manos del otro. Y como te dije, eso mata el amor.

-No se puede amar sin admirar, y tú eres tan clarividente que te admiro como a nadie.

-Tanto como para sentirme halagada por estar etereamente en tus sueños y afortunada por encontrarme físicamente en este coche del que saldrás cuando te deje en tu casa y no volverás a entrar hasta que a mí me apetezca. De ti depende cuándo sea eso.