Dictaduras transparentes, democracias opacas

Empezaré por el final: La transparencia del estado es imprescindible en una democracia.

Antes de continuar quisiera puntualizar que en este artículo cuando utilizo la palabra "democracia" me refiero a una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. Sola y exclusivamente.

Entonces ¿En un país como España quién tiene la titularidad del poder?. Depende de a quién preguntes te dirá una cosa u otra cuando la respuesta debería ser siempre la misma por definición de democracia. Pero no es así.

Sin embargo, si preguntas por quién tenía el poder durante la dictadura franquista la respuesta será más unánime: Franco. Aunque siempre alguna respuesta sorprendente, seguro.

¿Y esto por qué es?. Atendiendo al título del artículo alguien podría pensar que es porque la dictadura era transparente y la democracia no y.... casi. La respuesta va por ahí pero hay que matizar.

Durante la dictadura franquista era relativamente sencillo saber qué personas eran afectas al régimen dictatorial y quienes no. Las viviendas que aún hoy día conservan el cartelito con el yugo y las flechas solían tener un "jefe del edificio" (Supongo que el nombre exacto del puesto era muy variable pero en mi pueblo se les conocía así) que era una persona que vivía en uno de los apartamentos y que tenía controlado quién vivía en orden y quién no. En los colegios estaban controlados todos los niños por los curas y sabían quién tenía unos padres que rezaban y quién tenía padres que no. En los equipos de fútbol local y regional todo el mundo sabía a quién no se podía insultar. Y así muchos ejemplos. Todo el mundo sabia su papel en la sociedad: Los que tenían que machacar y los que eran machacados. Era transparente.

Pero eso ya pasó. Hoy votamos a nuestros líderes pero ¿Estamos votando para otorgar el poder?. No.

O bueno, sí, pero no. Sí porque las personas a quienes elegimos legislan pero no porque no sabemos nada más.

La organización social que tenemos hoy día no es transparente. No sabemos si los poderes económicos se han hecho con el poder político porque los partidos políticos no son transparentes. Lo intuimos, pero no podemos afirmarlo con pruebas. No sabemos si los partidos mayoritarios defienden intereses diferentes o defienden los mismos intereses con estrategias disuasorias que nos confunden. Lo intuimos, pero no podemos afirmarlo con pruebas.

Nuestra democracia es opaca. No es democracia.