El mito del diablo

Este personaje de la mitología no necesita presentación alguna porque todo el mundo lo conoce o ha oído hablar de ello. Ha sido usado hasta la saciedad para aterrorizar, justificar, estigmatizar, menospreciar, y, nunca mejor dicho, demonizar a cualquier rival, enemigo o población para su derrocamiento o sometimiento.

Pero, ¿cómo nació este mito?

En la antigüedad, las culturas y civilizaciones no poseían un calendario cómo el que usamos nosotros, el calendario gregoriano, y tenían que hacerse valer de la posición de las estrellas en el cielo para saber en qué época del año estaban. Este conocimiento era vital porque dependía la supervivencia de la población, ya que les permitía conocer cual era el momento propicio para sembrar y recolectar cosechas o los períodos de repoblación y caza. Con el paso del tiempo, este conocimiento se fue perfeccionando y agruparon las estrellas en constelaciones, las cuales agruparon aquellas en las que el Sol cruzaba durante el paso del año y crearon un calendario, el que conocemos por Zodiaco. Antes de ésto, crearon calendarios lunares, pero, no tenían buenos resultados a medio plazo debido a los ciclos de 28 días con respecto a los 365 días que dura el año, por lo que las predicciones se les descompensaban. El Zodiaco les ofrecía una compensación mejor a un plazo mayor.

Y este sistema funcionó durante cientos de años, celebrando sus cultos basados en las constelaciones, hasta que se dieron cuenta de que algo fallaba, la constelación que tenía que indicar el equinoccio de primavera ya no lo cumplía cómo venía haciéndolo.

¿Qué ocurría?

Lo que ocurría es lo que hoy conocemos por Precesión de los Equinoccios, uno de los cuatro movimientos de la Tierra. Este movimiento, según Wikipedia, consiste en:

"es el cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra, que hace que la posición que indica el eje de la Tierra en la esfera celeste se desplace alrededor del polo de la eclíptica, trazando un cono y recorriendo una circunferencia completa cada 25 776 años, período conocido como año platónico, de manera similar al bamboleo de un trompo o peonza."

Para ponernos en la perspectiva de las culturas y civilizaciones antiguas, la constelación que les indicaba el equinoccio de primavera, había dejado de hacerlo en detrimento de la constelación que la precede en el Zodiaco. Así que, si hace 5.000 años, la constelación de Tauro era la que indicaba este equinoccio, dejó de hacerlo en detrimento de la constelación de Aries. Cómo era la casta sacerdotal la que tenía el monopolio del calendario, tuvieron que realizar diversos cambios y adaptarse a la nueva coyuntura del firmamento, celebrando nuevas festividades y surgiendo nuevos cultos. Aquellas culturas y civilizaciones que no se adaptasen al cambio, estaban destinadas a desaparecer.

¿Y qué pasó con la constelación de Tauro y sus cultos?

Pues que fueron repudiados, iniciando un proceso de demonización ya que la tildaban de mentirosa por no haberles indicado el equinoccio de primavera cómo lo había estado haciendo durante mucho tiempo. Un ejemplo de este proceso fue el mito del Minotauro:

Minos, hijo de Zeus, pidió apoyo al dios Poseidón para que su gente lo aclamara como un temprano rey, ya que su padre Asterión (hijo de Téctamo) era el antiguo rey ya difunto de Creta. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual Minos prometió sacrificar en su nombre. Sin embargo, al quedar Minos maravillado por las cualidades del hermoso toro blanco, lo ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar esperando que el dios del océano no se diera cuenta del cambio. Al saber esto Poseidón, se llenó de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como incontenible por el hermoso toro blanco que Minos guardó para sí. Para consumar su unión con el toro, Pasífae requirió la ayuda de Dédalo, que construyó una vaca de madera recubierta con piel de vaca auténtica para que ella se metiera. El toro yació con ella, creyendo que era una vaca de verdad. De esta unión nació el Minotauro, llamado Asterión.

El toro blanco simboliza la constelación de Tauro cuando ésta indicaba el equinoccio de primavera. A su vez, las cualidades por las que se maravilla Minos es la fertilidad de la misma primavera. El pecado de adulterio de Parsifae, esposa de Minos, y el toro simboliza la caída de la constelación cómo indicadora del equinoccio de primavera. En el resto del relato se va produciendo la transformación de la constelación hasta que queda totalmente demonizada para el ser humano:

El Minotauro sólo comía carne humana, es decir, era antropófago y conforme crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable, Dédalo construyó el laberinto de Creta, una estructura gigantesca compuesta por cantidades incontables de pasillos que iban en distintas direcciones, entrecruzándose entre sí, de los cuales sólo uno conducía al centro de la estructura, donde el Minotauro fue abandonado.

Así que, durante cientos de años, la constelación precedente, Aries, se iba a convertir en la nueva indicadora del equinoccio de primavera. Y así fue, hasta que dejó de indicarlo y también sufrió su proceso de demonización.

¿Y cómo se comenzó a presentar a esta constelación?

Siendo esta imagen la que actualmente nos resulta más familiar a su apariencia.

Actualmente, la constelación que indica el equinoccio de primavera es Piscis, así que no os extrañe que, cuando deje de indicar el equinoccio de primavera en favor de Acuario, ésta también sufra su proceso de demonización.

¿Y los nombres del Diablo?

Pues han llegado unos cuantos hasta nuestros días por diversas circunstancias. He aquí unos ejemplos:

Satán:

Etimológicamente deriva del hebreo y su significado es adversario, enemigo o acusador. En las lenguas antiguas, una única palabra podía tener muchos significados dependiendo del contexto usado.

Belcebú:

Los hebreos tuvieron muchos conflictos con esta antigua civilización del este del Mediterráneo. En los conflictos, tendían a demonizar la divinidad de la civilización enemiga, siendo Baal Zebuh, deidad suprema fenicia, tildada cómo tal y su nombre pasó a formar parte del infierno.

Lucifer:

Este nombre era muy común entre la antigua civilización romana. Su nombre remitía al planeta Venus, siendo este conocido cómo Stella Matutina (Lucero del Alba) o Stella Vespertina (Stella del Vespero). Su equivalente griego era la divinidad Fósforo (Portador de Luz).

En el siglo IV de nuestra era, el cristianismo se había extendido en el Imperio Romano, surgiendo distintas corrientes. Dos de ellas eran el catolicismo que defendía la divinidad innata de Jesucristo, y, el arrianismo que defendía que Jesucristo había nacido humano y su poder le fue transferido más tarde. Estas dos corrientes estuvieron confrontadas durante siglos, surgiendo auténticas masacres entre sus seguidores. La expresión "se ha armado la de dios es cristo" viene por aquellos conflictos. En el año 325, durante el primer concilio cristiano de Nicea, se proclamó al arrianismo cómo herético, pero, esta corriente sería repuesta cómo corriente oficial del cristianismo en el imperio años más tarde.

En el año 355, reinaba el emperador Constancio II, siendo este arriano. Convocó un sinodo en Milán para condenar a un obispo católico llamado Atanasio, al no someterse al arrianismo. Para la defensa de Atanasio se encargó un obispo ultracatólico conocido cómo Lucifer de Cagliari, pero, este obispo carecía de oratoria y sus formas le perdían. El resultado fue que el emperador acabó desterrando a todos los obispos católicos por los confines del imperio. Pero el exilio no duraría eternamente ya que, en el año 362, el emperador murió siendo sucedido por Juliano el Apóstata.

Ese mismo año, Atanasio convocó un sinodo en Alejandría aprovechando que el catolicismo estaba posicionándose mejor que el Arrianismo, permitiendo a aquellos obispos arrianos pasarse al catolicismo. Lucifer se opuso tildando cómo heréticos tanto a los arrianos cómo a aquellos que querían perdonarlos para atraerlos a la fe católica. Al final Lucifer fue excomulgado y se retiró a Cagliari donde fundó la secta de los Luciferianos, donde comulgaban el extremismo ultracatólico de Lucifer.

¿Y cómo pasó Lucifer a ser el nombre del diablo?

En el año 382, uno de los padres doctos del catolicismo, Jerónimo de Estridón, publicó la primera traducción de La Biblia del griego al latín, conocida cómo Vulgata. Jerónimo estaba enfrentado a los luciferianos y, en su traducción, incluyó en el pasaje de Isaías 14, 12 el nombre de Lucifer en lugar de Rey de Babilonia cómo originalmente venía, siendo Rey de Babilonia el diablo.

Y aquí el final del artículo. No creo que haya que resaltar que el diablo, después de todo, tan sólo es un invento humano.