El estómago asturiano

Quiero hablar de la que creo es la principal característica de los asturianos. Asturias es una región aislada que, no obstante, ha sido despojada de una identidad cultural diferenciada cuyo hecho clave es la no oficialidad de su lengua propia. Aún así los asturianos siguen manteniendo ciertos rasgos que los diferencian del resto de identidades de España. El más evidente de ellos es el amestau, el dialecto a caballo entre el Asturiano y el Castellano que todos, salvo quizá en las grandes ciudades, hablamos y con el que nos criamos, un batiburrillo de palabras astures, terminaciones en u y la renuncia total a los tiempos verbales compuestos. Pero hay otro rasgo que, en las distancias cortas, nos caracteriza aún más y es nuestro estómago.

Llevo más de una década fuera de Asturias por el mismo motivo que todos, asuntos laborales, y hace tiempo me topé con la siguiente noticia.

www.lne.es/asturias/2018/06/19/asturias-region-indice-obesidad-alto/23

Asturias es la comunidad autónoma española con mayor índice de obesidad. Cuando uno lee que Andalucía o Canarias tienen problemas de obesidad piensa indefectiblemente en los bajos niveles de renta y la alimentación deficiente asociada a estos, que me perdonen los habitantes de dichas regiones si es discriminatorio, pero en el caso de Asturias puede llegar a resultar extraño. A pesar de ser una región decadente y falta de puestos de trabajo cualificados el nivel de renta no se sitúa entre los más bajos de España. En el siguiente enlace se muestra como la renta por unidad de consumo asturiana se encuentra sobre muchas otras CAs españolas, aunque faltan algunas de ellas.

www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=9947#!tabs-tabla

Si no es el caso, si allí no aplica la creencia de que el bajo nivel de renta está directamente asociado a la mala alimentación y los índices de obesidad ¿De qué se trata?. Es un asunto cultural, que se expresa además de forma radical en ciertos casos.

Asturias es conocida dentro de España por su gastronomía. Un forastero que llega de turismo se sorprende con el elevado nivel medio de la restauración y sus abundantes cantidades y esto tiene un fondo cultural. Nací y crecí en Asturias y tras vivir en Madrid ahora me encuentro afincado en Barcelona. Todos estos años fuera me han permitido darme cuenta de la radical diferencia que existe entre la importancia que le damos al comer allí con respecto a otros lugares de la geografía patria.

El asturiano, tanto en casa como fuera, exige calidad y cantidad. Durante mi infancia y adolescencia mi alimentación consistió en comida casera de gran calidad y delicatessen diversas, todo servido en grandes cantidades. La cantidad probablemente sea producto del mal clima y el trabajo en exteriores, que exigía alimentarse de forma abundante y la exigencia de calidad quizá sea fruto de la variedad de alimentos que proporciona una ganadería abundante, un clima húmedo y templado y la cercanía al mar. Hemos heredado estas exigencias y seguimos implementándolas hoy día cuando el trabajo ya no es tan duro y las inclemencias del tiempo ya no nos restan tantas calorías. Todo esto tiene una consecuencia directa en la restauración de la zona, no deja de sorprenderme el bajísimo nivel medio de los restaurantes en Madrid y Barcelona, la probabilidad de elegir un restaurante al azar por aquí y dar con uno bueno es muy baja. Esto sería fácilmente achacable al turismo masivo pero creo que las características particulares de los catalanes y madrileños también influyen. La exigencia de calidad en un restaurante de un madrileño es mucho menor que la que puede tener un asturiano, en Asturias el nivel medio de la restauración es mayor porque los restaurantes malos simplemente cierran. Cuando un asturiano sale a comer no busca diseño, ambiente, servicio u originalidad, la comida es un ritual que se honra sobre el plato con un buen guiso, una buena carne o un pescado fresco. El precio no es un problema y, de hecho, los restaurantes asturianos pueden resultar paradójicamente caros dado lo deprimido de la región.

El choque cultural sobre la mesa, aunque parezca absurdo, es muy grande. Cómo asturiano protesto constantemente por la calidad de la comida que me sirven por aquí y aún así la devoro a gran velocidad. Resulta extraño e incluso desagradable pero he sido incapaz de adaptarme a la ingesta alimentaria madrileña o catalana. Una salida a un restaurante entre asturianos es insatisfactoria si la comida no está buena y no es panturgélica, de ahí el famoso y común vocablo "fartura" tan común en Asturias que señala un festín, una visita a un restaurante exige tumbarse tras ella en una cama bordeando el malestar estomacal.

Asturias es una de las CAs con más bares (no he encontrado estadísticas de restaurantes) per cápita de España, porque al gusto por la comida se une una querencia excesiva por el alcohol.

www.directoalpaladar.com/otras-bebidas/asturias-es-la-comunidad-espano

El motivo de este artículo es una reciente visita al afamado restaurante barcelonés Botafumeiro en el que me sirvieron unos entrantes mediocres y un rape pasado para terminar pagando una barbaridad, y el objetivo era ser crítico con ese rasgo de los asturianos de comer en exceso, pero he sido incapaz. Como asturiano que soy y a pesar de llevar mucho tiempo fuera llevo la gula en la sangre y, aunque acortar la vida, no puedo renunciar a ella. Solo resta deciros que, si os gusta comer bien y en abundancia, visitéis la región, no os decepcionará.