La izquierda como catalizador del éxodo a Andorra

Antes de nada quiero pedir disculpas por mi redacción, no soy especialmente bueno escribiendo y suelo ser bastante mecánico. También apuntar que este artículo es puramente mi opinión sobre el tema, podéis estar o no de acuerdo con ella, pero me gustaría exponerla.

Hace unos días "El Rubius" anunció que dejaba España para irse a Andorra. Pocas horas después del comunicado toda la prensa española se hizo eco y ha sido un tema muy candente durante esta semana. Ha habido opiniones bastante enfrentadas respecto al tema: mientras que muchos creen que debería haberse quedado para seguir pagando en este país otros creen que ha hecho bien asegurando sus ganancias en el extranjero. Antes de nada quiero dejar claro que no creo que esto se pueda considerar algo ilegal como mucha gente está diciendo, puesto que cambio de residencia a otro país le exime de pagar por unos servicios de los que ya no se está beneficiando. No ha sido el primero ni será el último del éxodo de creadores de contenido que viendo como su puesto de trabajo cuenta con gran movilidad deciden irse a sitios dónde puedan tener más beneficios.

Como todos sabemos, Menéame ha sido una comunidad bastante sesgada a la izquierda. No a cualquier izquierda sino concretamente a la izquierda española. Es por ello que la opinión ponderante aquí es la primera expuesta en el párrafo anterior, muchos lo ven como un traidor, otros como un mal ciudadano y muchos como una especie de "empresaurio" que no quiere compartir su dinero con los menos afortunados.

Mi opinión es que este éxodo se debe a un tema cultural más que a un tema monetario. Veréis, yo soy un "millenial", nací a principios de los 90 y llevo desde una temprana edad viviendo en Cataluña. Desde que tengo cierta conciencia política me he considerado una persona de izquierdas (muy liberal, por mucho que a algunos compañeros les pese) y me ha gustado leer como han ido evolucionando las ideas en este país. Desde que soy pequeño he visto como la izquierda ha defendido a capa y espada como el ser patriota es sinónimo de ser de derechas. Este punto de vista ha calado hasta tal punto en la sociedad que los jóvenes de mi generación tienen miedo a ondear una bandera española por miedo a ser llamado fascistas. Mi generación también ha vivido las tramas de corrupción del PSOE y del PP (además de otras de gobiernos autonómicos, como el 3%), mientras muchas familias lo perdían todo por la última crisis financiera. Además de esto, siempre hemos estado al tanto de las redes clienterales que muchos gobiernos forman para crear un flujo de dinero que beneficie a los suyos.

Adicionalmente, la izquierda ha dado pie a la defensa de otros movimientos nacionalistas, como pueden ser el vasco, el catalán y en menor medida el gallego. Gran parte de estos movimientos están fundamentados en una crítica muy dura de España como un país opresor lleno de políticos corruptos del cual hay que separarse debido a que no hay ninguna manera de arreglarlo. De nuevo, el relato es el mismo, el odio a nuestro propio país, la desesperación de no poder llevar a cabo ningún cambio y la decepción con la clase política. A todo lo comentado anteriormente, podemos añadir la gestión del capital que hace gobierno. Muchos compañeros de mi generación, independientemente de su pensamiento político, están muy en desacuerdo con el destino de los fondos públicos del gobierno y ven como inútiles muchos de los gastos aprobados.

Con este cóctel que hemos ido agitando durante varias decadas hemos conseguido crear una generación que siente un total desapego por su patria y que cree que la única solución para poder vivir en un lugar decente es marcharse de aquí lo antes posible, ya que todo está en llamas y desde pequeños nos han dicho que nadie puede apagarlas.

Si tengo suerte yo también me iré dentro de poco. No por evadir impuestos sino porqué no solo no me siento ligado a España, sino que creo que en otros países voy a tener una vida mejor.

Antes de criticar a alguien que marcha, deberíamos entender los valores que año tras año, poco a poco, le hemos ido transmitiendo.

Un saludo a todos,

Sergio