Manipulación permanente revisable

Tras el hallazgo del cadáver de Diana Quer el pasado 31 de diciembre, el padre de esta junto a familiares de otras víctimas inició una recogida de firmas en change.org (2.500.000) para pedir que no se derogase la prisión permanente revisable, en vigor desde el 2015 cuando el PP ostentaba la mayoría absoluta. Dicha campaña contó y cuenta con el apoyo ciego de determinados medios de comunicación, periodistas y políticos que amplificaron su difusión de forma estratégica y torticera, algo que no es de extrañar teniendo en cuenta lo dispuestos que están algunos en cuanto a ser serviles con el poder se refiere. Pero sin duda lo más doloroso es que las argumentaciones de los partidarios de la prisión permanente revisable se basan en falacias, explicadas de forma machacona y enfermiza desde sus pulpitos mediáticos en momentos clave como son las horas posteriores a un terrible asesinato como el del niño Gabriel.

Y es que dejando de lado el gozo que parece suponerles jugar con el dolor ajeno con tal de aumentar la audiencia, alentando al mismo tiempo esa afección que muchos españoles padece y cuyo síntoma más evidente es el excesivo gusto por el morbo y los detalles escabrosos, muchos de los argumentos esgrimidos para defender la prisión permanente revisable son cuanto menos discutibles. Uno de ellos se basa en que el 80% de la población española se muestra favorable a la prisión permanente revisable. Este dato proviene de una encuesta publicada en ABC, en la que ni a un servidor ni nadie de las personas cercanas a las que he podido preguntar han sido interpeladas por dicha entrevista, quizá debiendo asumir por ello que no formamos parte de la población española. Otro de los argumentos se basa en la supuesta bondad del código penal español en comparación con otros países europeos donde está vigente la prisión permanente revisable. En este caso de forma deliberada se ha ocultado información y se ha recurrido a mitos que a base de repetir hasta la saciedad parecen haberse convertido en verdad indiscutible, mitos que ha desmontado con gran acierto el usuario de twitter @sorricilla en este hilo bit.ly/2G1RCwW.

La verdad es que podríamos seguir con más argumentos, pero conviene analizar el porqué de esta campaña tan furibunda. Y es aquí donde debemos regresar al primer párrafo de este artículo en el que denunciaba el servilismo de muchos medios con el poder, perdiendo de esta manera, salvo honrosas excepciones, la obligación moral del periodista que es la de fiscalizar a dicho poder. Hoy en día nadie que se haya molestado en buscar más allá de lo que dicen los grandes medios de comunicación, puede afirmar sin sonrojarse que en España los medios son imparciales.

Sin embargo, todavía hay gente que no ve, no quiere o no es capaz de ver que la mayoría de los medios de comunicación que consume, que a su vez son los de mayor difusión, no tienen como objetivo informarle, como debería ser obvio, sino orientar su atención hacia determinados temas al tiempo que se la desvía de otros. Así no es de extrañar que en boca de muchos ciudadanos esté la prisión permanente revisable, entre otras cosas, en detrimento de los recortes en sanidad, el informe del European Trade Union Institute en el cual se afirma que España es el país de la UE con peores condiciones laborales, rescates bancarios y de autopistas, amenazas a la libertad de expresión, aumento del gasto militar, pensionistas cobrando por debajo del umbral de pobreza…etc. Pero sin duda lo más triste de todo es que no parece haber una salida a corto plazo, lo que puede suponer un largo período de manipulación permanente y quizá no revisable.

Volviendo de nuevo al tema de la justicia, es evidente que esta necesita reformas, pero el epicentro de estas debe ser la despolitización de la misma, como ya han denunciado jueces y fiscales los cuales han advertido de la posibilidad de una huelga si el gobierno no da pasos en esa dirección. Y es que no cabe duda que para aquellos profesionales de la justicia que desean fervientemente una imparcialidad de esta, como debería ser en un estado de derecho que se vanagloria constantemente de serlo, debe resultar doloroso ver como la prensa publica con todo tipo de detalles las medidas que tomará un juez días después, o más si cabe, ver el doble rasero con el que se han dictado sentencias en los últimos tiempos. Es por todo esto, que de ahora en adelante supondría un ejercicio muy necesario y saludable tratar de discernir que se nos está ocultando cuando nos hablan de la prisión permanente revisable, medida por otra parte sobre la que ya se han posicionado en contra catedráticos de derecho penal y hasta una parte de la iglesia católica.