RIP, sociedad española

En mis 47 años de vida, jamás me he sentido más abrumado y deprimido, a partes iguales, sobre la situación socio-política que estamos viviendo en nuestro país.

Durante estos 47 años he aprendido, a base de engaños de unos y otros, a ser apolítico. Para mí ser político en este país es tener los mismos perros con distinto collar, puesto que tras las bambalinas del Congreso, lo que hacen es reírse del pueblo que democráticamente los han elegido.

Cada día que pasa, especialmente tras el inicio de la pandemia, asisto diariamente con estupor a la prohibición y recorte de las libertades individuales y sociales a las que estamos siendo sometidos. Pero lo que más me sorprende no es esto, qué va: lo que más me sorprende es la inmovilidad de la sociedad ante estos recortes.

Hoy leo en este generador de noticias que el precio del IVA de las mascarillas baja al 4%. Como no podía ser de otra manera, y ya en los comentarios, los palmeros de una y otra ideología se enfrentan: unos hinchando el pecho diciendo que si podía ser lo han hecho, y los otros acusando al Gobierno de mentiroso por no haberlo hecho antes, sabiendo que podía hacerlo. Señores y señoras, esto es el Congreso a las puertas de su casa.

También leo que bajan -de nuevo- los límites de velocidad a 30Kms/h en determinadas zonas de los núcleos urbanos "para evitar atropellos". Sr Pere Navarro, desde luego no se puede decir que usted mintiera cuando llegó otra vez al cargo bajo la promesa de rebajar siniestros en ciudades y carreteras. Pero le aconsejo una cosa: si realmente quiere que bajen de verdad, pero de verdad, prohíba el uso de los vehículos a motor. Sin duda alguna llegará al 0% de atropellos y siniestros por accidentes. ¡Prohíba viajar en coche, moto y demás! Estoy seguro que la sociedad se quejará en un principio, pero quédese tranquilo, no pasa nada, pasarán por el aro.

¿Que en los Presupuestos Generales del Estado se amplía la partida por asesores al Presidente? Pues claro. ¡Quédese tranquilo, Presi!, la sociedad no dirá nada. Solo sus palmeros en los foros defenderán esto, mientras que los palmeros de los otros echarán pestes. ¿Pero la sociedad? Tranquilo, esa sociedad de la que saca esos PGE y que pagan con sus tributos, ¿esa? Se quedará en silencio.

¿Que Otegi, reconocido exetarra y expresidiario por delitos de sangre anuncia que Bildu apoyará estos PGE? Sin problema, nadie se escandaliza por su pasado y por lo que haya pedido al Gobierno a cambio. Solo me temo que Juanqui vuelva de nuevo al reinado, total, como la sociedad no dice nada...

Ahora me entra la risa con esta noticia: "La Vicepresidenta ¡¡¡4ª!!! y Ministra para la Transición Ecológica y blablabla (el nombre tiene más letras que títulos la duquesa de Alba) no descarta cargar en la factura del gas del consumidor la indemnización del Estado (DEL ESTADO) por lo de Castor. Quédese tranquila, 4ª en el mandato, hágalo, aquí la sociedad pagará todo lo que ustedes destrozan. La sociedad está abierta (de culo) para eso y más. ¡Qué somos españoles, joder!

Sigamos: Celaá tiene pensada en su ley LOMLOE (una ley educativa para cada partido que llega al poder, con dos cojones), eliminar la Educación Especial de los Centros, y donde los títulos de ESO y Bachiller se puedan obtener con suspenso. Celi, cariño, sácala sin remordimientos, que no pasa absolutamente nada: si no tenemos médicos bien preparados, o ingenieros, o profesores... no pasa nada. Si es que de hecho la mayoría de los inútiles de su edad llegaron a Ministros y Diputados, así como cargos de confianza de las Autonomías. Es que está claro que ese es el camino a seguir para quien quiera llegar lejos en su vida.

Creo que es hora de una revolución social. No una revolución armada, no una revolución violenta, pero una revolución en la que se diga, como poco ¡BASTA, HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO! Con la miseria que nos ha tocado vivir, nos están distrayendo una y otra vez, nos están haciendo mirar a otro lado para hacer que la sociedad, ese pueblo subyugado, aborregado y sin derechos individuales ni sociales, pueda decir nada.

Los políticos, todos ellos, siguen cobrando de nuestros impuestos, siguen haciendo teatro tras las cámaras, en la barra del bar del Congreso (donde todo es más barato que en cualquier bar donde paga el ciudadano de a pie) y donde sigue habiendo risas entre ellos, enemigos en las bancadas, pero a esta invito yo, que como el fútbol, enemigos en el campo pero amigos fuera de él.

Porque aquí no cesa ni Dios. Ni vulnerando sus propias normas fumando en las afueras del Congreso, ni por no llevar las mascarillas en una cena de un magnate de la comunicación. Aquí el que más y el que menos, una vez llega ahí, se queda con los aparatos electrónicos que pagamos nosotros, siguen mamando de la teta de las puertas giratorias una vez se van del Congreso, porque eso es lo que hay que hacer, no eliminar cargos de confianza, ni Diputaciones, ni dobles cargos. Hay que mamar de la teta, si no, no eres patriota.

Pero no pasa nada. Tienen exactamente la sociedad ideal para eso: una sociedad callada, parada, borreguil, y cada vez con más estudios sabiendo menos. Una sociedad que, a día de hoy, está más muerta que la misma economía.

¡RIP, sociedad española!