Usabilidad alternativa de la pala

Con el tiempo, estoy seguro, la pala se acabará por convertir en la varita mágica del proletariado, de tantos como son sus usos y tantas como son sus posibilidades.

Desde siempre se empleó como herramienta en el campo, en la construcción, la jardinería, la ganadería, etc. Y a pesar de su antigüedad, su diseño sigue resultando eficiente, elegante y funcional.

Y no sólo a nivel laboral: durante muchos años sirvió también para premiar al idiota cada vez que tenía una idea. Luego, con el tiempo, y como decía mi antiguo socio, fue sustituida por la subvención, de modo que al que era imbécil se le daba una subvención en vez de una pala, lo que perjudicó mucho su prestigio.

Y ahora, a punto de agotar la segunda década del siglo XXI, yo mismo le he encontrado a la pala una nueva utilidad que consideraba impensable: auxiliar de movilidad urbana.

Vengo de descubrirla ahora mismo, recién llegado a casa tras comprar una pala en una ferretería.

Normalmente, cuando vas por la calle a estas horas, los ciclistas te pasan a 5 cm, o incluso a menos , camino de la Universidad, o de casa de su puta madre abuelita, pero hoy, que llevaba la pala al hombro, no se acercó ni uno y conservaron una prudente distancia de seguridad.

En cierta parte peatonal de la calle, me suelo encontrar también a veces con dos subnormales tíos con patinete, juntos o por separado. Hoy apareció uno de ellos, y en vez de hacer eslalon entre los peatones mientras toca el timbre, al llegar junto a mí, con mi pala al hombro, se detuvo, me rebasó a pie, y siguió con su chirrindulari timbrero.

Y todo esto, sin necesidad de empuñar la pala. Ni de afilarla como un viejo Sturmtruppen. Sólo con llevarla al hombro.

Mágico instrumento...

Otro día sigo en serio, venga ;-)