"Se extiende más el alarmismo que los datos", señaló en febrero de 2020 el periodista Lorenzo Milá tras comparar al coronavirus con una gripe. Doce meses de pandemia y 'carrusel anímico' después, esa afirmación falsa ahora tiene sentido: parece que el pesimismo y la alarma frente a las nuevas variantes empaña incluso la proeza de las vacunas