Ricardo Galli (Menéame) corta a su madre por teléfono

Animado por el éxito de sus últimas aventuras telefónicas, y por el aplauso que éstas han supuesto en el Círculo Interno(TM) y Mafia(C) de su nido de trolls conocido como Menéame; Galli se ha puesto gallito y ya corta las conversaciones telefónicas que no le convienen a diestra y a siniestra. El más reciente ejemplo de su mala educación y bordería ha sido cuando, en medio de la tradicional conversación de los miércoles con su madre, Galli ha cortado la comunicación. Y sin despedirse!

La buena señora estaba tan animada, contándole con unos pelos y señales que harían las delicias de Chris Grissom la operación de esfínter de su tía abuela Enriqueta (concretamente en el momento del corte la narración se había desviado hacia una subtrama paralela, ya que al parecer la prima segunda por parte de padre del anestesista, de 18 años, había tenido un crío sin marido ni novio conocido); cuando Galli, suponemos que pensando en trasladar su despótico comportamiento en las redes a la Vida Real, ha decidido cortar la comunicación. Simplemente, colgando el teléfono. Ni un simple adiós le ha dicho a su pobre madre.

Este lamentable comportamiento, impropio de un buen español se debe, sin ningún género de duda, a la circunstancia de que Galli (conocido en las redes como @gallir) es el dueño y señor de un nido de Trolls de extrema izquierda llamado Menéame. Y hace un par de días el tal Galli tuvo la osadía de cortar la entrevista telefónica que este honesto periodista y ciertos colegas de profesión le hicimos, una entrevista completamente ecuánime, llena de preguntas respetuosas pero incisivas que este señor no supo responder de otra manera que cortando la comunicación. Y ahora le ha cogido gusto a lo de colgar. ¿Qué será lo próximo, señor Galli, cortar a los honestos comerciales de Jazztel?

Así va España, y en esto se va a convertir si ganan los de Podemos (opción mayoritariamente elegida por la masa atúnica y trollera de meneantes). Afortunadamente quedamos españoles de bien, que sólo tenemos el rojo en el apellido, que estaremos enfrente de ellos. Pelearemos en los periódicos. Pelearemos en la radio. Pelearemos en los programas de televisión. ¡Y nunca nos rendiremos!