Si te gusta el Mazda RX-7, probablemente sepas de la existencia algunos modelos de competición basados en él, aunque si solo eres un aficionado a los coches, conocerás al predecesor del Mazda RX-8, un clásico que se ha convertido en un objeto de culto... y poco más. Y es que pocos saben o recuerdan que Mazda homologó una versión para competir en el Grupo B de rallys.