La imagen la publicó un medio local del sur de Brasil y sólo necesitó de unos pocos minutos para hacerse viral. Junto a la frase “Un día más en Blumenau”, la publicación en Facebook del Faro de Blumenau iba acompañado de una fotografía de un radar en la que se veía a un perro conduciendo un coche que se había saltado el límite establecido en la zona

A las 10 de la mañana del 23 de mayo de 1928, un futurista coche de carreras con alas laterales recorrió el circuito de Avus en Berlín. Fritz von Opel, de 29 años, nieto del fundador de la compañía, Adam Opel, había puesto en marcha sucesivamente 24 cohetes de combustible sólido situados en la parte trasera de su RAK-2.

Los 3.000 espectadores que se dieron cita estaban entusiasmados cuando el vehículo se detuvo: Fritz, “el Cohete” de Rüsselsheim, había establecido el nuevo récord de velocidad, alcanzando los 238 km/h.

Las creencias populares relacionadas con el control de los límites de velocidad están a la orden del día. Una de las más extendidas es la que se refiere a la red de autopistas en Alemania, conocida oficialmente como Autobahn.

Dentro de la red de autopistas sí existen tramos específicos en los que no hay limitación de velocidad. Ahora bien, no todo es tan sencillo.

Por una parte hay que tener en cuenta que esto no afecta a toda la red Autobahn. Por otra, en esos tramos sin límite es preciso cumplir una serie de normas de seguridad vial con mucho más celo que en cualquier otro tipo de carretera.

El incumplimiento de las mismas está castigado con sanciones más elevadas si las comparamos con la normativa española. Por ejemplo, no respetar la distancia de seguridad adecuada en estas vías puede llegar a ocasionar la retirada temporal del permiso de conducir.

Ser el más rápido del mundo es un privilegio al que muy pocos han podido optar a lo largo de la historia, pero ese impulso que nos hace querer siempre más también se expresa de formas más humildes. Y ser el más rápido con un cohete con ruedas es una cosa, pero serlo con un coche y en carretera es algo muy diferente.
El apogeo de esa búsqueda la encontramos en los años 80 y 90. Fue una época de excesos, de récords de velocidad y de fama mundial para sus protagonistas, al conseguir récords de velocidad en carreteras.

Quizá el titular no te haya sorprendido, ya que el pasado mes de enero te informamos de que las Autobahn continuarían sin restricciones de velocidad, pero esta semana el parlamento alemán, conocido como Bundestag, ha convertido esta decisión en oficial.

Ante la propuesta presentada por el partido Los Verdes, de filosofía ecologista, que demandaba un límite de 130 km/h para estas carreteras, el resultado fue de 498 votos en contra, sobre un total de 631. Por lo tanto, la medida quedó rechazada de pleno.

El pasado fin de semana, Porsche acudió al circuito trioval de Talladega, en Alabama (Estados Unidos), con un 911 RSR y Nicky Tandy a los mandos para unas vueltas de demostración. Sin embargo, esta no es la primera vez que un coche de carreras de la casa de Stuttgart circula a gran velocidad por la pista de Talladega. De hecho, el récord de velocidad máxima en circuito cerrado lleva invicto desde 1975, cuando Mark Donohue estableció un nuevo registro con un Porsche 917 a 356 km/h en este mismo circuito.

Ya hay un nuevo nombre en la lista de los coches de producción más rápidos del mundo y pertenece a SSC North America, una empresa americana con sede en Richland, Washington, que se especializa en la producción de automóviles de alto rendimiento.

SSC North America dijo el lunes que su hipercoche Tuatara rompió el récord de velocidad de vehículos de producción. La hazaña tuvo lugar en la mañana del 10 de octubre, en las afueras de Las Vegas, en un tramo de 11 kilómetros de la Ruta Estatal 160.

Fabricados (supuestamente) por Carrosserie Durisotti sobre la base de dos Renault Master, su objetivo y función, eran ser modelos publicitarios de la empresa estatal de trenes francesa para el Tour de Francia. Las versiones naranjas pertenecen a los años 80. A fines de los ochenta apareció una segunda versión denominada "TGV Atlantique"

El ser humano es curioso por naturaleza. Esta virtud (o defecto, según el caso) ha llevado a la humanidad a traspasar ciertos límites una y otra vez. Uno de los campos en los que esto sucede es el de la automoción. Un gran porcentaje de los vehículos que se comercializan no destacan por sus prestaciones. Más bien, son opciones prácticas que nos llevan de un punto a otro. Pero los ingenieros de algunas de las marcas de coches más prestigiosas del mundo, que también son personas curiosas, se preguntan una y otra vez cuál es la velocidad máxima

Como parte de una de sus grandes apuestas, la DGT, la Dirección General de Tráfico, lleva años librando una ardua batalla contra el exceso de velocidad que tantos accidentes provoca en carreteras.Por eso, ahora se busca contar obligatoriamente con el software ISA.