El problema al que se enfrenta Ford Almussafes en realidad es bastante sencillo. La marca americana lleva tiempo perdiendo dinero en Europa y ha decidido tomar decisiones contundentes para evitar que esto siga ocurriendo. Su hoja de ruta también es clara: sacar del mercado los coches que no son rentables y apostar por los que sí son un negocio. Lo difícil es aplicar esta fórmula en una industria tan compleja como la automovilística, y además en la estructura empresarial de todo un continente, en el que se encuentra integrada la factoría de 9.000 empleados que nos ocupa.