Una vez pasado el torbellino nos hemos quedado con el sabor en la boca de ciertas grandes cuestiones: la –no– gestión de la crisis con su desaparición de la Ministra y todo, el ataque mediático a la técnico sanitaria Teresa, el fatal destino del perro Excálibur en comparación con su primo yanqui, toda la movilización social en torno al caso… Y finalmente la milagrosa y feliz recuperación de la enferma. Pero hay pequeños detalles que conviene no olvidar.
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