El pasado 27 de agosto, Sharoon Masih, un estudiante adolescente procedente de una familia cristiana, fue brutalmente asesinado por sus compañeros de clase en una escuela en Pakistán. El ataque se habría producido supuestamente después de que Sharoon, el único cristiano de su clase, bebiera del mismo distribuidor de agua que sus compañeros musulmanes. El profesor que supervisaba el aula afirmó que estaba leyendo un periódico y no se dio cuenta de la brutal paliza. Más tarde, el director del centro declaró que el ataque ocurrió entre dos clases.
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