En agosto, barricadas instaladas a través de más de una docena de ríos moribundos en Río de Janeiro servirán para contener basura que, de lo contrario, podría invadir el sendero de navegantes olímpicos. Una flota de botes patrullará para evitar que el escombro impacte una tabla o remo y le cuesten una medalla a alguien. Parte de los desechos humanos no tratados que llevan años contaminando las playas, muelles y lagunas de Rio serán desviadas de las sedes competitivas, para que aquellos que las utilicen no se preocupen. Al menos, esa fue la prom
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