Internet ha roto las barreras de la comunicación en todo el planeta pero también ha propiciado la globalización de fenómenos indeseables como la pedofilia y la pederastia. Tan es así que al contrario de lo que pudiera pensar un ciudadano medio, los pederastas no sólo se ocultan en la Deep Web sino que su sombra ya alcanza todo rincón de la red. Los pedófilos se multiplican en aterradora metástasis a través de las redes sociales, desde Facebook a Whatsapp, pasando por Twitter, Youtube, Instagram, Telegram o VK.
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