La pasión de Castilla y León por la música no tiene parangón. Es posible que por su afán de apoyar a la cultura le haya llevado a la Junta a gastarse 30.000 euros en plena pandemia y en un contexto en el que su comunidad autónoma está en una situación crítica por el coronavirus en contratar un violinista para que dé cuatro conciertos. Solo cuatro. El artista contrastado y agraciado por la varita de Castilla y León es Vadim Gluzman, un violinista clásico israelí nacido en Ucrania que ahora cobrará hasta 28.500 euros públicos.
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