En Brasil, los miembros de la policía no tienen derecho a huelga. Por esta razón, sus mujeres han organizado una protesta pacífica en frente de varios batallones con el objetivo de impedir que los hombres salgan a patrullar. Es, a todos los efectos, una huelga encubierta que se lleva a cabo con los más diversos métodos, como rodear los coches policiales para que no puedan salir del cuartel o incluso deshinchar las ruedas.
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