Las ejecuciones colectivas de presuntos criminales, o incluso simples víctimas del odio nacionalista, han resurgido desde la llegada al poder de Narendra Modi. La violencia de multitudes no es nueva en India: imágenes de turbas arremetiendo contra un individuo solitario e indefenso copan titulares de prensa y televisión a menudo. Las redes sociales se llenan de fotos y los videos de testigos se hacen virales. Suele seguir un mismo procedimiento: un grupo rodea a un individuo, se va cargando el ambiente, de repente alguien suelta el primer golpe
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