Diez años después de la retirada de las tropas, los soldados españoles volverán a pisar Irak. No irán en misión de combate, sino de instrucción. Pero serán un número considerable, varios centenares, y la operación no está exenta de riesgos por el avance del Estado Islámico, que ha impuesto el terror en zonas del norte del país y la vecina Siria. La misión de entrenamiento del Ejército iraquí no está organizada por la OTAN ni por la Unión Europea, pero el Gobierno considera que está plenamente amparada por la petición del Gobierno de Bagdad.
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