La visita de Pedro Sánchez a Emiratos Árabes Unidos, sin cita finalmente con el Rey emérito, ha servido a un objetivo más ambicioso de repercusiones aún desconocidas: desplegar la alfombra roja a Mubadala, uno de los mayores fondos soberanos del planeta. Una eficaz herramienta de diplomacia económica del emirato de Abu Dabi que ha inyectado un maná de petrodólares en empresas de todo el mundo, incluidas las españolas Cepsa, Enagás o Glovo. Mubadala es un gigante que mueve una cartera de activos por valor de 240.000 millones de dólares.
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