No es posible que nos convirtamos en espectadores “pasivos” del abandono de bebés recién nacidos, otra cosa es entender que las circunstancias personales o sociales de la madre, o los padres, lleven a tomar una decisión equivocada. Equivocada porque dejar a un ser completamente indefenso que debería estar en unos brazos protectores, puede acabar en tragedia.
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