La no-celebración de los Premios Nacionales de educación al rendimiento académico en ESO y Bachillerato, la dejadez del Ministerio con respecto a las Olimpiadas científicas que corren el riesgo de no tener delegación española a nivel internacional. Aquellos que deberán ser la vanguardia del país en unos años tan solo encuentran trabas por parte de las instituciones públicas.
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