Por tanto, para nada debe de extrañarnos el nuevo affair de Adif destapado ayer a la opinión pública, que no responde a otra cosa que al endogamismo que caracteriza a nuestras administraciones donde se desdibujan los límites entre lo público y lo privado. Anteayer, es un decir, Miguel Corsini era alto cargo de Renfe, ayer, Presidente de Renfe, hoy, Presidente de CETREN y mientras todo ello, vinculado familiarmente a Corsan-Corviam, hoy Isolux Corsan, la empresa que presuntamente se benefició de sobreprecios y prebendas de empleados corruptos.
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