Alguien en las alturas ha concluido que lo único que pueden recibir los ciudadanos son noticias positivas, mensajes de aliento y promesas de un futuro mucho mejor. el pensamiento único se va imponiendo. Los conflictos laborales, casi siempre por cierres de empresas, sólo aparecen de pascuas a ramos. Los desahucios dejaron de existir desde que hace un año. La actual obsesión informativa y publicitaria por el fútbol seguramente es tan poco neutral como esa campaña.
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