Muchos cuerpos de niños guatemaltecos han sido trasladados a fosas comunes tras ser retirados de sus nichos porque sus padres no han podido, o han olvidado, pagar la correspondiente cuota. Pero esto es tan triste como la razón que subyace detrás: los altos índices de violencia en Guatemala han creado una creciente demanda de espacio para nuevos enterramientos.
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