Un ciudadano indio, desesperado porque acababa de votar por un partido distinto al que quería en las elecciones legislativas actualmente en curso en la India, se cortó el dedo índice con un hacha de carnicero. Avergonzado y enojado, volvió a su casa y se cortó el dedo índice. A pesar de que los votos en los colegios electorales son electrónicos, el índice de cada elector queda marcado con tinta indeleble una vez que emitió su sufragio para que no pueda volver a votar.
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