Cuando los vecinos de Ashdod (Israel) bajaron a los refugios antiaereos, se encontraron con un cartel que prohibía la entrada a las mujeres. Un miembro del parlamento llevó el tema a los Tribunales Administrativos Rabínicos y al Ministro de Religión, que han sentenciado que se permite obviar la segregación que impone la religión entre hombres y mujeres en ese caso. La administración ha dicho que se trata de un cartel colocado por un empleado sin el conocimiento de sus superiores.
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