Un agente le acusó de haber destrozado en 2012, acompañado por un compañero que había fallecido años antes, un retrovisor que todavía no ha reparado, cuando ni siquiera se encontraba en el lugar de los hechos denunciados. El fallo además de absolver al sindicalista de CGT, pone de manifiesto todas las contradicciones en las que incurrió el policía que le denunció, así como el compañero al que utilizó como testigo en la causa.
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