Actualidad y sociedad
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Las luces y sombras de los riders en la jungla urbana

Pedro llegó hace dos años a España desde Venezuela. Desde entonces, trabaja en Glovo y quiere seguir siendo falso autónomo. (...) «El problema era que yo llegué como turista y una vez aquí pedí el asilo político, pero no podía trabajar en seis meses hasta que no me dieran el permiso de trabajo. Pero yo pude trabajar en negro», relata Pedro. (...) Pedro estuvo así durante seis o siete meses mientras esperaba que le aprobaran el permiso de trabajo. Le pagaba el 30% de lo que ganaba a otra persona por darle su perfil de Glovo.

| etiquetas: glovo , riders , permiso , trabajo , autónomos

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