Firmemente creo que si cierto productor de cine se hubiera adelantado y de alguna manera hubiera admitido haber sido un baboso desagradable en la celebración posterior a los Premios Feroz, otro gallo le cantaría ahora. ¿Entiendo la desorientación de un borracho sobón y maleducado que, de la noche a la mañana (literalmente, los hechos ocurrieron a altas horas de la madrugada), ve como un comportamiento tolerado se convierte en delito? Por supuesto. ¿Me alegro de que por fin ese cambio se haya producido? Por supuestísimo.
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