A partir de ahora, los extranjeros que opten a la nacionalidad española (unos 100.000 cada año) deben superar un examen oficial que permite acreditar un grado suficiente de conocimiento del idioma español y de su integración en la sociedad. Hasta ahora, eran los jueces los que acreditaban la integración de los solicitantes, algunos mediante exámenes no exentos de polémica por su dificultad. Para unificar criterios, el Instituto Cervantes ha diseñado unas pruebas nuevas y han preparado un examen tipo.
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