Un plan de reforma fiscal del gobierno francés genera polémica, incluso entre los propios parlamentarios oficialistas, ya que propone recortar el impuesto al lujo sobre bienes como los yates, los jets privados, los lingotes y los caballos de carrera. El gobierno de Macron quiere reemplazar el impuesto a la riqueza a partir del 1 de enero por una tasa que se aplique sólo a los bienes raíces. Actualmente unos 350.000 hogares franceses pagan el impuesto a la fortuna, que se aplica cuando la suma de la riqueza asciende a más 1.300 millones de €.
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