La semana pasada el presidente brasileño, Michel Temer, sorprendió al abandonar la residencia presidencial de Alborada para vivir en la vivienda de la vicepresidencia. Él mismo explicó los motivos: "sentí una cosa extraña ahí. No conseguía dormir, desde la primera noche. La energía no era buena. Mi mujer sintió lo mismo. Llegamos a pensar: ¿será que habrá fantasmas?". El diario "O Globo" asegura que contrataron un cura "conocido por espantar los malos espíritus" con agua bendita, pero ni por esas el matrimonio presidencial quedó tranquilo.
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