La sala había sido objeto de amenazas de grupos radicales porque acusaban a sus históricos propietarios, judíos, de organizar galas para recaudar fondos para la policía fronteriza del ejército de Israel, el Magav. En 2011, la policía francesa interrogó a Dodi Hoxha, una francesa de origen albanés y militante de un grupúsculo egipcio próximo a Al Qaeda llamado Jaish al-Isalm y sospechosa de estar vinculada al ataque de esa célula contra un grupo de franceses en El Cairo en el que murió una joven de 17 años, Cécile Vannier. Hoxha confesó...
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