En 2010, la Agencia Europea de Medio Ambiente decretó restringir al máximo la emisión de cuatro contaminantes muy tóxicos, nocivos tanto para la salud humana como para la naturaleza. Estos eran el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles y el amoniaco. Por sexto año consecutivo desde que se implantaron estos techos de emisión, España ha incumplido el límite de contaminación por amoniaco. Es más, en el año 2013, el nuestro era el único país de Europa que no sólo no había reducido sus emisiones de amoniaco.