A partir de la semana que viene Uber intentará convencer a la Unión Europea de que es un servicio digital y no una empresa de transportes. El caso puede determinar si Uber y otras "start-up de apps" deben estar sujetas a las mismas normas estrictas que las empresas tradicionales. Paises Bajos, donde Uber tiene su sede europea, Finlandia, Grecia, Polonia y la Asociación de Libre Comercio Europeo apoyan las tesis de Uber, mientras que España, Francia e Irlanda sostienen que Uber es una empresa de transporte.