"Con muchos de los colegas con los que usted habla en las reuniones previas al Consejo Europeo, luego me comentan las cosas que usted dice del Gobierno de España y me da vergüenza ajena. ¿No sabe que hace un inmenso daño no sólo a la reputación de España sino que también socava la confianza de los ciudadanos en nuestro sistema democrático? (...) No haga daño a España fuera de España. No la deje mal, que la deja. Sobre todo queda mal usted. Cuando yo tengo que escuchar algunas de las cosas que dicen sus colegas de usted, en fin...".

El PP está absolutamente histérico, de los nervios y, en consecuencia, está haciendo una campaña bochornosa. Me da vergüenza ajena la campaña que están haciendo Pablo Casado y Mañueco. Escuchar a Casado hablando de que en Castilla y León puede gobernar EH Bildu o Esquerra Republicana de Cataluña y mentando a ETA me produce auténtico estupor.

Lo que debería ser habitual, que los jefes bajen a la arena sin caretas, lo estamos convirtiendo en un hecho excepcional. Clara imagen de la desconexión que existe entre la pirámide y la base de cualquier organización con un tamaño mediano o grande.

Ni público, ni incidentes ni mayor protagonismo mediático. El acto que Ciudadanos había convocado en Alsasua ha transcurrido en medio de la indiferencia de los vecinos y sin afluencia de público. Con gran expectación mediática, eso sí, (había prácticamente más periodistas que personas concentradas), pero apenas secundado por una veintena de personas, muchas de ellas llegadas expresamente desde Madrid para la ocasión, y que se podían contar con facilidad tras la pancarta.